Barbarroja regresa a Ibiza

Macho de tarabilla norteña fotografiado en la zona agrícola de ses Salines.CAT

Cristina Amanda Tur @territoriocat

El color naranja de su pecho es el motivo por el que muchas de las variedades populares del nombre de la tarabilla norteña hacen referencia a su ‘barba roja’. En Eivissa y Formentera son habituales las formas cagamànecs barba-roig y cagamànecs rogenc para denominar a este paseriforme de llamativo plumaje. Es una de las dos tarabillas que pueden verse en las islas de Eivissa y Formentera, pero, a diferencia de la europea, la tarabilla norteña (Saxicola rubetra) no nidifica en las Pitiüses y sólo puede verse durante los pasos migratorios, cuando realiza una ‘parada técnica’ para alimentarse y continuar su largo viaje desde sus zonas habituales en el norte de Europa hasta sus área de invernada en África o viceversa, en su vuelo de regreso; en los meses de abril y mayo, no es raro encontrar tarabillas norteñas compartiendo con las comunes —y con otras aves granívoras o insectívoras— los campos abiertos y floridos en los que se alimenta de insectos. Ambas tarabillas son lo que se denomina aves de percha, que se posan en puntos elevados y despejados —ramas altas, el tallo más alto de un hinojo o una valla— para observar desde allí a posibles presas y lanzarse a por ellas. A veces las capturan en vuelo rápido y otras veces se lanzan al suelo a buscarlas, para luego regresar a su posadero. 

Respecto a la tarabilla norteña, tiene un área de cría muy extensa que incluye todo el norte de Europa hasta Noruega (pero sin llegar a su punto más extremo) y, hacia el este, hasta una parte de Rusia y tocando las fronteras con Kazajistán y Mongolia. Y, en España, según la información de SEO/Birdlife, nidifica asimismo en dos grandes núcleos reproductores: desde Galicia al País Vasco y en los pastizales montanos del Pirineo Oriental. Pero no se conoce ningún punto de reproducción en la mitad sur de la Península ni en Illes Balears, que sí pueden disfrutar de su presencia en sus descansos migratorios, principalmente en el paso de primavera (al menos en el caso de Balears). 

El cagamànecs barba-roig es un pequeño paseriforme de cola corta, de porte y tamaño muy similar al petirrojo y a la tarabilla europea (unos 13 centímetros), y se diferencia de esta última, principalmente, por la gran ceja blanca (lista superciliar) que tiene sobre los ojos y por otras dos manchas blancas en la cola; la ceja se vuelve de un blanco puro al llegar la época de reproducción y destaca como una señal luminosa. Los machos de las dos tarabillas resaltan por sus pechos rojizos y el patrón de su plumaje, con la cara negra y un collar blanco; las hembras son más pardas, de tonos más discretos. La tarabilla europea (Saxicola rubicola) está considerada una especie nidificante y muy habitual en Eivissa pero es algo más rara en Formentera, donde se considera una invernante escasa; la tarabilla norteña está catalogada como una migrante moderada en las dos islas. 

Otra característica que cabe apuntar sobre esta especie de paseriforme migratorio es que, en época de cría, los machos emiten cantos que cuentan con un amplio repertorio de sonidos e incluso pueden incorporar a su propia serie imitaciones del canto de otras aves con las que convivan. 

LA CLAVE. BIOINDICADORES AGRÍCOLAS

Las tarabillas son aves consideradas bioindicadoras de buenas prácticas agrícolas, ya que prefieren campos con diversidad y pastizales y prados sanos (y sin pesticidas, por supuesto), y son muy raras en cultivos intensivos. De hecho, entre las amenazas para estas aves insectívoras —y para otras especies ligadas a los campos y áreas agrícolas— destacan la pérdida de hábitats, la roturación de pastizales y el uso de sustancias tóxicas en los cultivos. En la Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles (de la Sociedad de Amigos del MNCN-CSIC), se indica, concretando más, que “las prácticas modernas de agricultura intensiva se consideran la principal amenaza para la especie [tarabilla norteña] en gran parte de su área de distribución. La creciente disminución de prados y pastizales manejados de forma extensiva está reduciendo la superficie apta de hábitat, la disponibilidad trófica, los lugares óptimos para anidar y el número de posaderos útiles desde los que cazar”. Y, además de la agricultura intensiva, “una eventual reducción de la humedad como consecuencia del calentamiento global es también un potencial factor de amenaza”, ya que al cagamànecs barba-roja le gustan los prados húmedos. 

De la sección Coses Nostres de Diario de Ibiza

tarabilla europea en ses Salines.CAT

Acerca de territoriocat

Cristina Amanda Tur (CAT). Licenciada en Ciencias de la Información y diplomada en Criminología Superior. Compagino periodismo y criminología con la novela policíaca. En periodismo, he pasado de la sección de sucesos (sin abandonarla completamente) a realizar un periodismo divulgaltivo, de temas científicos y sobre el patrimonio natural, histórico, arqueológico y cultural de las islas, con especial atención a la divulgación del patrimonio natural. He publicado una decena de libros. Entre ellos 'El hombre de paja. El crimen de Benimussa', dedicado al cuádruple asesinato que tuvo lugar en Ibiza en 1989, en un ajuste de cuentas del cartel de Medellín.
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