La mariposa de los guisantes

ejemplar de canela estriada sobre un trébol hediondo.CAT

Cristina Amanda Tur @territoriocat 

En el mes de mayo —mes de grandes cambios y movimientos en la naturaleza— no sólo arriban a las islas aves migradoras, sino que también lo hacen insectos voladores como las pequeñas blavetes dels pèsols (Lampides boeticus). Muchas de estas mariposas llegan entre abril y junio de África y se unen a las poblaciones locales de forma que —a finales de verano y hasta noviembre, con las últimas puestas de huevos del año— su número aumenta y pueden verse ejemplares en una gran variedad de hábitats. Sobre todo en campos donde haya plantas del grupo de las leguminosas, como los guisantes que estas mariposas llevan en el nombre (es lo que significa pèsol); las larvas se alimentan de plantas muy abundantes en las islas como las del género Medicago (la alfalfa, M. sativa), Vicia y Cytisus. Y muchas de sus plantas favoritas —leguminosas silvestres— son hierbas a menudo consideradas ‘malas hierbas’, el tipo de plantas que Consell y ayuntamientos eliminan de medianas, cunetas y márgenes de los caminos, complicando mucho la vida a una multitud de insectos que dependen de estos corredores de alimento. 

En el Butlletí del Butterfly Monitoring Scheme a Catalunya 2015-2016 ya se señalaba que tanto en la Península como en Balears, la blaveta dels pèsols “es una de las mariposas más comunes y ampliamente distribuidas” y precisaba que durante el verano e inicio del otoño “las probabilidades de detectarla son realmente altas”. Hay que tener en cuenta que, durante años, el BMS ha contado con estaciones en las islas para el seguimiento de lepidópteros diurnos. 

También se hace referencia en el artículo a la enorme capacidad dispersiva de la especie, circunstancia que favorece que pueda encontrarse en una gran diversidad de hábitats, aunque está muy asociada a campos abiertos “y rehuye las zonas forestales”. Además, “es una de las pocas especies que colonizan regularmente parques y jardines, incluso en el centro de las grandes ciudades”. Esta enorme dispersión y abundancia también es consecuencia de la gran cantidad de plantas de las que pueden alimentarse sus larvas, más allá de su preferencia por las ya citadas. 

Respecto al color azul de su nombre, hay que decir que las hembras cuentan sólo con algunas pocas escamas azules y que son los machos los que exhiben un intenso azul violeta en sus alas, y únicamente en el anverso; El reverso, tanto del macho como de la hembra, muestra manchas y líneas pardas y dos ocelos negros en el extremo de las alas posteriores, que finalizan en una característica cola. Por otro lado, estas mariposas miden entre 26 y 35 milímetros y las hembras son algo más grandes. Al posarse, rara vez abren completamente las alas, pero, al libar en las flores, dan vueltas sobre sí mismas en cada flor y, a menudo, durante unos segundos, las extienden ligeramente. Y entonces puede observarse —y fotografiarse— su anverso aterciopelado. Las blavetes dels pèsols —conocidas en castellano como azules rabilargas o canelas estriadas (por su color y sus manchas)— son mariposas de vuelo rápido y nervioso y, al mismo tiempo, fáciles de fotografiar, ya que suelen posarse repetidamente en la misma flor y permanecen en ella durante los segundos suficientes para captarla completamente quieta y observar la belleza de sus detalles de lepidóptero.

LA CLAVE. CALOR Y DISPERSIÓN

La canela estriada es una especie que soporta elevadas temperaturas y, según se apunta en el citado boletín de la CBMS (Catalan Butterfly Monitoring Scheme), “posiblemente, el fenómeno del cambio climático supondrá una rápida expansión y un aumento de la abundancia hacia latitudes más septentrionales en los próximos años”. 

De la sección Coses Nostres de Diario de Ibiza

un macho de canela estriada mostrando el azul intenso y violáceo de sus alas.CAT

Acerca de territoriocat

Cristina Amanda Tur (CAT). Licenciada en Ciencias de la Información y diplomada en Criminología Superior. Compagino periodismo y criminología con la novela policíaca. En periodismo, he pasado de la sección de sucesos (sin abandonarla completamente) a realizar un periodismo divulgaltivo, de temas científicos y sobre el patrimonio natural, histórico, arqueológico y cultural de las islas, con especial atención a la divulgación del patrimonio natural. He publicado una decena de libros. Entre ellos 'El hombre de paja. El crimen de Benimussa', dedicado al cuádruple asesinato que tuvo lugar en Ibiza en 1989, en un ajuste de cuentas del cartel de Medellín.
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